El barro rojo es una técnica artesanal común en varias regiones de Oaxaca, especialmente en Santa María Atzompa, donde se ha utilizado durante siglos para la fabricación de piezas utilitarias y decorativas. La arcilla de color rojizo es extraída localmente y preparada para el modelado, ya sea a mano o en torno. Una vez moldeadas, las piezas se dejan secar al aire libre durante varios días para asegurar que la humedad se evapore por completo antes de la cocción.
Este tipo de barro es utilizado principalmente para crear utensilios de cocina como comales, cazuelas, ollas y jarros, gracias a su resistencia al calor. Las piezas son cocidas en hornos de leña, lo que les otorga su característico color rojizo intenso. A diferencia del barro negro, el barro rojo no se somete a un proceso de pulido ni a técnicas de cocción específicas para alterar su color, por lo que su apariencia final es más natural y rústica.
La técnica de barro rojo sigue siendo predominantemente manual, lo que garantiza que cada pieza sea única en sus detalles y texturas. Además de su uso doméstico, este tipo de barro ha ganado popularidad por su valor estético y funcional, convirtiéndose en una fuente de ingresos clave para las comunidades artesanas oaxaqueñas.
