La talavera es una técnica artesanal de cerámica originaria de Puebla y Tlaxcala, reconocida por su característico esmaltado blanco y sus decoraciones coloridas. Este proceso tiene sus raíces en la tradición española, influenciada por técnicas árabes, y ha sido practicado en México desde el siglo XVI. La técnica de producción es rigurosa y altamente controlada, lo que le otorga su distinción y valor.
El proceso comienza con la selección de arcillas locales, que se mezclan, moldean y tornean para dar forma a piezas como platos, jarrones y azulejos. Después de un primer secado, las piezas son cocidas a altas temperaturas. Una vez cocidas, se sumergen en un esmalte blanco opaco a base de estaño que les otorga su distintivo fondo brillante. Posteriormente, los artesanos pintan a mano los diseños, utilizando una paleta de colores tradicionales como el azul cobalto, amarillo, verde y negro. Una segunda cocción fija el esmalte y los colores, dando lugar a una pieza terminada.
El proceso artesanal de la talavera es estricto, ya que las piezas que no cumplen con los estándares de calidad en cuanto a esmalte, color o forma son descartadas. Este control asegura que cada pieza sea única, pero mantenga la uniformidad y precisión características de esta cerámica. La talavera es tanto decorativa como funcional y continúa siendo una importante fuente de empleo en Puebla y Tlaxcala, preservando una tradición que combina arte y técnica en cada pieza.
Ubicación: San Andrés Cholula, Puebla; San Pablo del Monte, Tlaxcala.
